Autor: Javier Marcos Martínez
Etimología:
El término Boletus deriva del griego βωλήτης (bolítes) que utilizaban en la antigüedad para designar algunas setas comestibles; que tiene la misma raíz que βωλος (bölos) = gleba, terrón, bola o grumo de tierra, en alusión a la morfología y coloración de algunas especies, que en ocasiones con un poco de imaginación tienen cierta semejanza a un montículo de tierra. En cambio, el epíteto específico reticulatus deriva del latín reticulatus = hecho a modo de red, en alusión al aspecto reticulado del sombrero, y no a su pie reticulado característico.
Boletus reticulatus. Autor: Javier Marcos Martínez
Sinonimias:
Boletus reticulatus Schaeff., Fung. bavar. palat. Nasc. (Ratisbonae) 4: 78 (1774)
≡ Boletus reticulatus Schaeff., Fung. bavar. palat. nasc. (Ratisbonae) 2: tab. 108 (1763)
Boletus edulis f. reticulatus (Schaeff.) Vassilkov, Bekyi Grib: 18 (1966)
Boletus edulis subsp. reticulatus (Schaeff.) Konrad & Maubl., Icon. Select. Fung. 4(2): pl. 398 (1926)
Suillus reticulatus (Schaeff.) Kuntze, Revis. gen. pl. (Leipzig) 3(3): 535 (1898)
= Boletus carpinaceus Velen., Novitates Mycologicae Novissimae: 158 (1939)
Boletus reticulatus subsp. carpinaceus (Velen.) Hlaváček, Mykologický Sborník 71(2): 54 (1994)
= Boletus mutabilis Batsch, Elench. fung. (Halle): 99 (1783)
= Boletus rubiginosus Fr., Observ. Mycol. 2: 245 (1818)
= Tubiporus aestivalis Paulet, Traité champ. (Paris) 2: 371 158 (1886)
Boletus aestivalis (Paulet) Fr., Epicr. Syst. mycol. (Upsaliae): 422 (1838) [1836-1838]
Dictyopus aestivalis (Paulet) Quél., Fl. mycol. France (Paris): 421 (1888)
Suillus aestivalis (Paulet) Kuntze, Revis. gen. pl. (Leipzig) 3(3): 535 (1898)
Versipellis aestivalis (Paulet) Quél., Enchir. fung. (Paris): 158 (1886)
Nombres comunes, populares o vernáculos:
ARAGONÉS: Porro de verano, porrudo de verano (Sierra de Albarracín).
CASTELLANO: Boleto estival (general), boleto de roble (general), boleto de verano (general), boleto reticulado (general), hongo de marojal (Castilla y León), hongo de San Juan (Castilla y León, Navarra), miguel del roble (Castilla y León), tentullo (Andalucía, Extremadura), tontullo (Andalucía, Extremadura).
CATALÁN: Cep (Ripollés).
EUSKERA: San Juan Onddoa (Orbaizeta, Valle de Aézcoa, Ochagavía).
GALLEGO: Bolouro, cogordo, madeuduro do vrano, pachan (general).
Descripción:
Sombrero: De 5 a 15 cm de diámetro, bastante carnoso, inicialmente subgloboso o hemisférico, luego convexo y finalmente plano convexo. Cutícula lisa, poco o nada separable, seca, agrietada en grandes placas en tiempo seco, de color marrón oscuro en tiempo húmedo, palideciéndose a marrón claro, ocre claro o crema blanquecino en tiempo seco. Margen blanquecino en ejemplares jóvenes, que se pierde con la edad.
Himenóforo: Tubos largo, adnatos, fácilmente separables de la carne del sombrero, inicialmente blancos, luego amarillo verdosos y finalmente verde oliváceos. Poros pequeños, redondeados, muy apretados, concoloros a los tubos. Esporada de color pardo oliváceo.
Pie: De 6-15 x 3,5-8 cm, macizo, inicialmente casi subgloboso y más ancho que el diámetro del sombrero en los ejemplares inmaduros, más alargado, ventrudo y obeso con la edad, de color pardo ocráceo, decorado con un retículo fino muy llamativo, inciialmente blanquecino, luego pardo ocráceo.
Carne: Bastante compacta en ejemplares jóvenes, luego se ablanda bastante en el sombrero y se vuelve un poco fibrosa en el pie, de color blanco inmutable al corte. Olor fúngico agradable, que se intensifica en ejemplares deshidratados. Sabor agradable.
Boletus reticulatus. Autor: Javier Marcos Martínez
Boletus reticulatus. Autor: Javier Marcos Martínez
Boletus reticulatus. Autor: Javier Marcos Martínez
Boletus reticulatus. Autor: Javier Marcos Martínez
Boletus reticulatus. Autor: Javier Marcos Martínez
Boletus reticulatus. Retículo. Autor: Javier Marcos Martínez
Ecología y época de fructificación:
Es una especie micorrizógena y transcontinental, que se encuentra repartida por toda Europa y Norteamérica, siendo en España más frecuente en la mitad oeste peninsular. Fructifica solitario o en pequeños grupos desde finales de primavera hasta bien entrado el otoño en todo tipo de altitudes, asociado generalmente a bosques de planifolios (fagáceas), menos frecuente en coníferas (pináceas), con presencia de árboles maduros, con una edad superior a los 50 años, con poca hierba y muy poca hojarasca, preferentemente en suelos de naturaleza ácida. Es muy fiel y bastante abundante todos los años en los mismos lugares de fructificación. Es una especie heliófila que fructifica con mayor profusión cuando las condiciones son favorables en bosques abiertos y soleados, más raro en zonas umbrías y húmedas, viéndose incluso en grandes cantidades en suelos muy pobres o recién labrados.
En la Comunidad Autónoma de Aragón los primeros boletos de verano se localizan a finales de mayo hasta bien entrado el mes de octubre asociados a bosques de haya (Fagus sylvatica), roble albar (Quercus petraea), roble melojo (Quercus pyrenaica), roble común (Quercus robur), de encina (Quercus rotundifolia) y de estepa (Cistus laurifolius) dependiendo de la altitud y de las precipitaciones preestivales y estivales. Cabe destacar que, en otras comunidades autónomas como Andalucía, Castilla y León, Extremadura, se pueden encontrar además en otras ecologías como el castaño (Castanea sativa), el quejigo (Quercus broteroi), el alcornoque (Quercus suber), la jara pringosa (Cistus ladanifer), la jara cervuna (Cistus populifolius) y la jara negra (Cistus salviifolius), pudiendo incluso fructificar en algunas zonas hasta bien entrado el mes de diciembre o de enero. En otras comunidades como el País Vasco y Navarra se ha observado en repoblaciones de roble americano (Quercus rubra).
Recolección:
Se localizan generalmente bien visibles en su ecología, pero en ocasiones se encuentran ejemplares jóvenes o incluso ejemplares adultos semienterrados entre la hojarasca dificultando mucho su búsqueda. En ocasiones, se observan restos de pies tras ser consumidos por animales salvajes como el corzo (Capreolus capreolus), el ciervo (Cervus elaphus) o el jabalí (Sus scrofa), por animales domésticos como la vaca (Bos taurus), la cabra doméstica (Capra hircus), la oveja (Ovis orientalis aries) y el cerdo (Sus scrofa domesticus) o incluso restos dejados por otros recolectores.
Se recolectan extrayéndolos enteros con cuidado del suelo, luego se tapa el hueco y se corta la base del pie y se raspan los laterales con ayuda de una navaja (algunos usan un pelapatatas). En caso de que, al cortar, en la base del pie aparezcan pequeños agujeros que indican la presencia de bichos, se recomienda sanear con la navaja hasta que aparezcan menos agujeros o ninguno dependiendo de la valoración del propio recolector. Más tarde se limpian un poco con un trapo, y finalmente se depositan limpios con los poros hacia abajo en la cesta, para evitar que se introduzcan restos de tierra, de hojarasca o de acículas y favorecer la dispersión de las esporas. Se recomienda no recolectar ejemplares de tamaño inferior a 4 cm de diámetro, ya que no aportan el aroma y el potencial nutritivo de un ejemplar adulto. Además, se aconseja no recolectar ejemplares hipermaduros o viejos para que se queden en su hábitat y ayuden a renovar los micelios, ya que generalmente se encuentran muy deteriorados y parasitados.
Se encuentra en regresión en algunos países europeos, incluido en numerosas regiones de España, debido fundamentalmente a la tala intensiva de árboles maduros, el labrado profundo y el uso de maquinaria pesada en los bosques, la contaminación y el calentamiento global producido por el cambio climático.
En ocasiones, se producen grandes brotes de esta especie, de 10 a 15 días posteriores a una fuerte precipitación, generalmente en forma de tormenta antes, durante o después del verano. Durante estos brotes es fácil que el recolector coja grandes cantidades, pero no debe superar los límites establecidos en las normativas. Así, por ejemplo, en la Comunidad Autónoma de Aragón el límite máximo es de 3 Kg de setas por persona y día establecido en territorios no regulados, salvo permisos en zonas de aprovechamiento regulado que se establece un límite de 12 Kg por persona/día para permisos ordinarios y de 60 Kg por persona/día para los permisos comerciales.
Confusiones:
El boleto de verano es una especie muy recomendada para aficionados que se estén iniciando en el mundo de la micología, porque es complicado de confundir con especies tóxicas. Aun así, se puede equivocar con algunas especies como:
A. El boleto negro (Boletus aereus):
El boleto negro es una especie mediterránea, repartida generalmente por países mediterráneos del sur de Europa, Norte de África y las Islas Canarias, considerado también excelente comestible, que en ocasiones comparte ecología y época de aparición en nuestra comunidad en algunos bosques mediterráneos termófilos preferentemente aclarados, soleados o adehesados de planifolios, generalmente de roble melojo (Quercus pyrenaica), de roble común (Quercus robur) y de encina (Quercus rotundifolia) y jarales de estepa (Cistus laurifolius), más raro en bosques húmedos y sombríos de haya (Fagus sylvatica) o de roble albar (Quercus petraea) en suelos ácidos.
Se diferencia porque tiene la cutícula seca de color más oscuro de color marrón negruzco cobrizo, decorado con un a pruina blanquecina en ejemplares jóvenes y el pie marrón decorado con un retículo marrón.
Boletus aereus. Autor: Javier Marcos Martínez
Boletus aereus. Autor: Javier Marcos Martínez
B. El boleto (Boletus edulis):
El boleto es una especie cosmopolita, que aparece distribuido por África, América y Eurasia, considerado también excelente comestible, que en algunas ocasiones comparte ecología y época de aparición, aunque presenta mayor preferencia por zonas diferentes del bosque, generalmente más húmedas y herbosas. Aún así se puede observar compartiendo ecología en nuestra comunidad en bosques de haya (Fagus sylvatica), de roble melojo (Quercus pyrenaica), de roble albar (Quercus petraea), de roble común (Quercus robur) y de encina (Quercus rotundifolia) y jarales de estepa (Cistus laurifolius) en suelos ácidos. Pero el boleto además puede aparecer en nuestra comunidad asociado a bosques de montaña de abeto blanco (Abies alba), de abedul péndulo (Betula pendula) y de pino albar (Pinus sylvestris), más raro en repoblaciones de abeto rojo (Picea abies) y de abeto de Douglas (Pseudotsuga menziesii).
Se diferencia porque presenta la cutícula de color similar pero húmeda y no seca, con el margen blanquecino más marcado en ejemplares jóvenes, el pie blanquecino decorado generalmente con un retículo blanco menos evidente y generalmente reducido a la parte superior.
Boletus edulis. Autor: Javier Marcos Martínez
Boletus edulis. Autor: Javier Marcos Martínez
C. El boleto pinícola (Boletus pinophilus):
El boleto pinícola es una especie repartida por toda Europa, comestible de similar calidad, que en algunas ocasiones puede compartir ecología y época de aparición en nuestra comunidad durante el verano o el otoño en bosques de haya (Fagus sylvatica), de roble melojo (Quercus pyrenaica), de roble albar (Quercus petraea), de roble común (Quercus robur) en suelos ácidos.
Se diferencia porque presenta el sombrero con la cutícula de color pardo rojizo, en ocasiones con tonos lilacinos, que se decolora a pardo ocráceo en tiempo seco, decorado con una pruina blanquecina en ejemplares jóvenes, el pie blanquecino, en ocasiones con tonos pardo rojizos, decorado con un retículo más fino y generalmente reducido a la parte superior y la carne también blanca inmutable, pero rojiza bajo la cutícula.
Boletus pinophilus. Autor: Javier Marcos Martínez
Boletus pinophilus. Autor: Javier Marcos Martínez
D. El boleto dulzón (Hemileccinum impolitum):
El boleto dulzón es una especie mediterránea, comestible de menor calidad, que en ocasiones comparte ecología y época de aparición en algunos bosques termófilos mediterráneos de encina (Quercus rotundifolia) de nuestra comunidad.
Se diferencia porque tiene la cutícula tomentosa, muy rara vez agrietada, de color más claro entre gris amarillento y pardo ocráceo, los poros de color amarillo intenso inmutables durante todo su desarrollo, el pie amarillento no reticulado decorado con numerosos gránulos, con tonos rojizos hacia la base, la carne amarilla pálida inmutable y el olor a yodo en la base del pie.
Hemileccinum impolitum. Autor: Javier Marcos Martínez
Hemileccinum impolitum. Autor: Javier Marcos Martínez
E. El boleto perfumado (Lamnaoa fragrans):
El boleto perfumado es una especie mediterránea comestible de inferior calidad, que ocasionalmente puede compartir hábitat y época de aparición durante el otoño en algunos bosques termófilos mediterráneos de encina (Quercus rotundifolia) en suelos ácidos o descalcificados de nuestra comunidad. Se diferencia porque presenta la cutícula aterciopelada de color marrón oscura, los poros amarillos durante todo el desarrollo que azulean al tacto y la carne blanquecina o amarillo pálida que azulea levemente al corte.
Lamnaoa fragrans. Autor: Javier Marcos Martínez
Lamnaoa fragrans. Autor: Javier Marcos Martínez
G. El faisán (Leccinellum lepidum):
El faisán es una especie mediterránea comestible de inferior calidad, que en ocasiones comparte ecología y época de aparición durante el otoño en bosques mediterráneos y xerófilos de encina (Quercus rotundifolia) de nuestra comunidad. Se diferencia porque tienen la cutícula aterciopelada de color marrón oscuro o marrón ocráceo, los poros amarillos, el pie amarillento no reticulado decorado con numerosos gránulos, la carne amarillo pálida que vira inicialmente a rosa y finalmente a violáceo al corte. En otras comunidades de la mitad peninsular como Andalucía, sur de Castilla y León o Extremadura aparece con frecuencia una especie comestible similar, Leccinellum corsicum, conocida vulgarmente como el faisán de las jaras, por ahora no observada en nuestra comunidad, que fructifica asociado generalmente a la jara pringosa (Cistus ladanifer) durante el invierno, que presenta menor tamaño y mayor tendencia a agrietarse.
Leccinellum lepidum. Autor: Javier Marcos Martínez
Leccinellum lepidum. Autor: Javier Marcos Martínez
H. Boleto oscuro (Porphyrellus porphyrosporus):
El boleto oscuro es una especie de menor valor culinario, considerada por la mayoría de micólogos sin valor culinario, que en ocasiones puede compartir época de aparición y ecología en algunos bosques húmedos mixtos de la comunidad con presencia de abeto blanco (Abies alba), abedul péndulo (Betula pendula), haya (Fagus sylvatica) o pino albar (Pinus sylvestris).
Se diferencia porque presenta el sombrero menos carnoso y aterciopelado, de color más oscuro, generalmente marrón oliváceo que se vuelve negruzco con la edad, los poros más grandes de color pardo grisáceo que se manchan de negro al tacto, el pie esbelto, no reticulado y bastante fibrilloso, de color pardo grisáceo, la carne blanquecina al corte, que ennegrece con la edad y el sabor amargo.
Porphyrellus porphyrosporus. Autor: Joseba Castillo
Porphyrellus porphyrosporus. Autor: Javier Marcos Martínez
I. Boleto de Satanás (Rubroboletus satanas):
El boleto de Satanás es una especie tóxica que produce graves problemas gastrointestinales, que a pesar de ser una especie basófila (típica de suelos básicos), en ocasiones comparte ecología y época de aparición en bosques mediterráneos y xerófilos de encina (Quercus rotundifolia) en suelos descalcificados, hecho más frecuente en el Sistema Ibérico meridional.
Es fácil de distinguir por los aficionados más avanzados, pero todos los años se produce alguna intoxicación con esta especie. Se diferencia porque presenta la cutícula blanquecina con tonos gris oliváceos, los poros rojizo anaranjados durante todo el desarrollo que azulean al tacto, el pie corto y robusto de color amarillento en la parte superior, rojizo hacia la base, decorado con un fino retículo, la carne blanquecina que azulea ligeramente al corte y el olor desagradable mas patente en ejemplares hipermaduros o viejos.
Rubroboletus satanas. Autor: Javier Marcos Martínez
Rubroboletus satanas. Retícula. Autor: Javier Marcos Martínez
J. El boleto amargo (Tylopillus felleus):
El boleto amargo es una especie no comestible, que rara vez comparte ecología y época de aparición en verano en bosques húmedos de montaña con presencia de abeto blanco (Abies alba), abedul péndulo (Betula pendula), haya (Fagus sylvatica) o pino albar (Pinus sylvestris).
Se diferencia porque presenta la cutícula pardo ocrácea, los poros blanquecinos con tonos rosáceos característicos, el pie con el retículo muy marcado y la carne blanquecina muy amarga.
Tylopillus felleus. Autor: Javier Marcos Martínez
Tylopillus felleus. Retícula. Autor: Javier Marcos Martínez
Tylopillus felleus. Poros. Autor: Javier Marcos Martínez
Comercialización:
El boleto de verano es una especie silvestre comercializable en fresco en España, y por tanto, también en la Comunidad Autónoma de Aragón. El precio varía prácticamente a diario en los mercados nacionales, por lo que los recolectores no tienen ninguna garantía del precio de compra que van a recibir por parte de las empresas mayoristas, que generalmente oscila entre los 3 y 10 €/Kg dependiendo de la abundancia, del calibre, de la calidad, de la oferta y demanda, siendo generalmente inferior a otros boletos más apreciados con la carne más compacta y menor tendencia a estar parasitados por larvas.
Los ejemplares de tamaño pequeño o mediano, inferiores a 10 cm de diámetro, poco parasitados por larvas son los que tienen mayor valor comercial, y generalmente el mayorista coloca en cajitas de plástico o de madera con capacidad aproximada de unos 3 Kg de peso para su venta en fruterías, restaurantes o mercados nacionales alcanzando precios que oscilan entre los 10 y 25 €/Kg. En cambio, los ejemplares más grandes o muy parasitados por larvas se comercializan a precios más bajos y en muchas ocasiones son destinados a la industria conservera.
Propiedades medicinales:
El boleto de verano, al igual que el resto de especies de boletos, está recomendada para dietas de adelgazamiento y para la hipertensión arterial debido a su bajo contenido en grasas y en sodio, la ausencia de colesterol y su elevado contenido en aminoácidos esenciales. Además, al igual que el resto de boletos, aporta gran cantidad de vitaminas como la riboflavina (vitamina B2) importante en el crecimiento del cuerpo y que favorece la producción de glóbulos rojos; la niacina (vitamina B3) muy importante en el metabolismo, en las funciones del sistema nervioso y que favorece la producción de algunas hormonas sexuales; el ácido ascórbico (vitamina C) que presenta una cierta actividad anticancerígena, antioxidante y cardioprotectora y el tocoferol (vitamina E) que tiene propiedades antioxidantes siendo importante para la visión, la reproducción, la salud de la sangre, del cerebro y de la piel. También aporta minerales como el cobre que tiene una fuerte actividad antioxidante, antiinflamatoria, antiinfecciosa y potenciadora del sistema inmune; el fósforo, importante para la formación de huesos y la reparación de tejidos y el selenio, que presenta propiedades antioxidantes, cardioprotectoras y desintoxicantes.
Y además. Como el resto de boletos presenta altos contenidos en compuestos fenólicos donde destaca sus elevadas concentraciones de ácido gálico, de ácido clorogénico, de ácido cafeico y de ácido protocatécuico. El ácido gálico es un polifenol que presenta cierta actividad antibiótica, anticancerígena, antioxidante, antidiabética y antiinflamatoria. El ácido gálico se usa en el tratamiento de algunas enfermedades cardiovasculares (infarto de miocardio), enfermedades metabólicas (obesidad, diabetes mellitus, hiperlipidemia) debido a su efecto hipoglucemiante, enfermedades neuropsicológicas (Alzheimer) y otras enfermedades como las hemorroides o la psoriasis. A modo, de curiosidad, el ácido gálico también se usa como antioxidante de alimentos y como material base para la fabricación de tintas, colorantes, pinturas y reveladores del color en la industria de la fotografía y manufacturera de papel. En cambio, el ácido clorogénico que presenta cierta actividad antibacteriana, antidiabética y antiinflamatoria. El ácido clorogénico ayuda en la pérdida de grasa y de peso, reduce el colesterol y la presión arterial, y previene la aparición de piedras en los riñones. Y además el ácido cafeico es un potente antioxidante natural que le aporta una cierta actividad antibiótica, antiinflamatoria y antitumoral, que se usa bastante en la industria cosmética en cremas hidratantes y exfoliantes. Y el ácido protocatécuico que es un potente antioxidante con cierta actividad anticancerígena.
El único inconveniente, similar al resto de boletos, es que acumula gran cantidad de algunos metales pesados como el cadmio, que puede provocar por su exceso graves problemas renales.
Comestibilidad, formas de conservación y preparación:
El boleto de verano es una especie de consumo reciente en prácticamente toda España, incluido en nuestra comunidad, a pesar de su abundancia y facilidad de identificación. Su carne tiene mucha tendencia a ablandarse y a parasitarse por larvas, por lo que es menos apreciado que otras especies de boletos. Se puede conservar fresco en el frigorífico de 3 a 5 días. En caso de abundancia lo más cómodo es la conservación desecada en láminas, en aceite o congelado tras un pequeño escaldado o precocinado previo. No se recomienda conservar directamente congelado porque su carne es bastante blanda salvo ejemplares jóvenes muy prietos. Además, una vez desecado se pueden moler para obtener una harina que sirva de condimento para numerosos platos. Esta harina incluso ha sido usada para hacer pan.
Se consumen generalmente a la plancha, en tortillas, en cremas, en croquetas, en empanadas, en revueltos, en arroces, en pastas, en guisos de carne o de pescado. También se pueden consumir crudos en ensalada o “carpaccio”, pero en pequeñas cantidades para evitar posibles intolerancias o reacciones alérgicas.
Bibliografía:
A.- Artículos:
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B.- Bases de datos:
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C.- Libros:
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E. Trabajo de fin de carrera:
- DIAZ-CRUZ, B. (2015). Composición química y antioxidantes en setas comestibles. Grado en nutrición humana y dietética. Cuarto curso. Universidad de Valladolid. Disponible aquí.
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